Tumba de penitente en San Andrés, Ávila

Edad Media. Siglos XII y XIII.
Piedra y hierro / 210 x 73 x 32 cm.
[06/57] Almacén Visitable de Santo Tomé

Sepultura medieval de la necrópolis de la iglesia románica de San Andrés, excavada por Jesús Caballero, en 2006, durante la investigación previa a las obras de acondicionamiento exterior del edificio.

La tumba destaca entre las demás del cementerio, ubicado alrededor del templo, por su cuidadosa factura y las características de la persona ahí enterrada. Efectivamente, se ha construido respondiendo al modelo de sepulcro cristiano de los siglos XII y XIII, el denominado «de lajas y cabecera indicada», formado por gruesas losas de piedra que sujetan la tierra excavada y vaciando un arco en el sillar donde apoya la cabeza del cadáver para enmarcarla y evitar descoyuntamientos post mortem; pero se ha efectuado con especial esmero, como se ve en la talla de las losas de granito amarillo de La Colilla y, sobre todo, en el perfecto arco de herradura de la cabecera. Además, es una tumba única en la necrópolis, tanto por haber sido utilizada sólo una vez –esta vez: sin reducciones de huesos, anteriores ni posteriores– como por estar cerrada herméticamente por losas selladas con cal y cantos, una exclusividad extraña en los cementerios medievales.

En cuanto a la persona inhumada, una mujer de poco más de 60 años, fallecida de muerte natural sin enfermedad grave detectable –según el análisis de los huesos– llaman la atención los aros de hierro que presenta en cintura y extremidades, auténticos cilicios de penitente o asceta, y el hecho de que haya perdido el tronco y –más raro– el cráneo, que tanto suele perdurar.

A la espera del diagnóstico de los arqueólogos, se pueden plantear variadas hipótesis, por ejemplo: ¿fue una mujer beatificada en vida, una especie de santona, y su cadáver manipulado por el fetichismo popular?

Mariné Isidro, M. ª, “Tumba de penitente en San Andrés, Ávila”, Cien piezas del Museo de Ávila, Junta de Castilla y León, 2011, pág. 59.