Tesorillo de El Raso

El Freíllo, El Raso, Candeleda.
II Edad del Hierro. Mediados del siglo I a.C.
Plata.
[73/9/1]. Sala V.

Grupo de joyas y monedas de plata que su dueño escondió bajo el suelo de su casa de El Raso, para salvarlo de las turbulencias de las guerras entre César y Pompeyo, mediado el siglo I a.C., sin poder volver a recuperarlo nunca. Por eso, bajo el suelo de la llamada Casa 2 del castro lo encontraron las excavaciones de Fernando Fernández, en 1973.

Se sabe por qué se ocultó gracias a las monedas: cuatro denarios republicanos, dos de ellos acuñados por César –entre el 58 y el 48 a.C.– cuyo paso por esta zona de la Meseta occidental marca, precisamente, el final de los castros como El Raso, porque impuso el traslado a las tierras bajas, de más fácil control.

Las joyas son un conjunto completo del adorno personal en la época: una torques, un brazalete, una pulsera y una fíbula. La torques o gargantilla rígida, está redoblada sobre sí misma para acomodarla mejor al escondite; es de tipo funicular realizada con tres varillas de plata, en torsión continua, la del centro a su vez de tres hilos muy retorcidos para mayor contraste, refundidas en los extremos que cierra un ojal. El brazalete es un tubo de extremos superpuestos y decorados geométricamente; parece hueco, pero forra un núcleo de ¿resina?, quizá para que no se deformara el cilindro de plata. La pulsera es una varilla, también de plata, doblada sobre sí misma; sus remates en forma de lágrima, bordeados por dos hilos soldados, acogieron otro material, tal vez una laminilla de oro. También es este motivo el que adorna el arco de la fíbula, del tipo de las últimas célticas de La Tène, respondiendo así a un exclusivo encargo particular que combina todo el aderezo.

Y puede ser que el encargo tuviera más elementos, o que el orfebre trabajara en el propio poblado, porque Rufino Galán, el guarda del castro encontró casualmente en 1999, entre los sectores B y C del castro, otro ejemplo del mismo adorno en forma de lágrima, suelto.

MARINÉ ISIDRO, María, “Tesorillo de El Raso”, Cien piezas del Museo de Ávila, Junta de Castilla y León, 2011, pág. 31.