Retrato de la Marquesa de Espeja, Ricardo de Madrazo y Garreta

La retratada, doña María Josefa del Águila y Ceballos Alvarado y Álvarez de Faria (San Sebastián, 16 de febrero de 1826 – Madrid, 26 de diciembre de 1888), XIII marquesa de Espeja, casada en 1850 con José María Narváez, II vizconde de Aliatar y años después II duque de Valencia, tenía veintiséis años cuando se realizó el retrato original.

Es de cuerpo entero, tres cuartos a la izquierda y el rostro vuelto hacia el espectador, en actitud serena y noble. Lleva un vestido rosa, con encajes, mantilla sobre el brazo derecho y varias joyas. El fondeo es un aristocrático interior, con una escalera que da al jardín, donde se ve un simbólico pavo real. Como se indica en el mismo cuadro, es una copia “Del original pintado en 1852 por D. Federico de Madrazo. Lo copió su hijo Ricardo 1892”. Parece ser una copia fiel de la obra de su padre, sin introducir aspectos de su propio estil: reproduce el gusto paterno, elegante, sereno, aristocrático, de magnífico dominio de los tonos, pincelada suelta y acabado suave, plasmando la belleza de una dama de la alta sociedad y, por ampliación, una visión amable y alegre de esa sociedad, muy distante de la conflictiva realidad.

Ricardo de Madrazo y Garreta (Madrid, 7 de febrero 1852 – Madrid, 18 de agosto de 1917), hijo de Federico y hermano de Raimundo, pertenece a una ilustre dinastía de artistas. Estudió en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, teniendo como maestros a su propio padre, a Joaquín Espalter y a los escultores Ricardo Bellver y Ponciano Ponzano. Posteriormente entró en contacto con Mariano Fortuny, su cuñado, quien influiría poderosamente en su obra.