Inscripción gótica monumental

¿Alhóndiga?, Ávila.
Renacimiento. Siglo XVI
Granito / Cornisa de más de 20 m. Cada sillar, 45 x de 60 a 110 x 40 cm.
[80/6/17]. Almacén Visitable de Santo Tomé

Estos 26 sillares conformaban una cornisa o una imposta epigráfica de mucho más de 20 metros de longitud, que coronaba un edificio de gran envergadura, erigido en Ávila en los primeros años del s XVI.

La leyenda, una vez ordenada y completada por Emilio Rodríguez Almeida, dice:

Se come[nzó esta obra re]ynando [la] sacra majestad del [emper]ador don C[arlos el primero deste nom]bre, en la era de mill y quinientos y cincuen[ta y ¿….?…de?….]bre, año del [nasci]miento de nuestro Señor de [mill y] quinientos v[entiuno?, …a]cabose c[on el ac]uerdo y mandado del y […don…].o de Baeça, corregid[or desta ci].udad y [por la] yndustria del m[un]ífico cava[l]lero [don Ge]rónimo de M[….].e?go, Señor[de…].

Y según la atinada hipótesis del mismo investigador, el edificio en cuestión pudo ser la Alhóndiga, el pósito de trigo y otras mercaderías, que se levantaba en el Mercado Grande delante de la muralla, desde la puerta del Alcázar hasta la esquina del Rastro. Su imagen, en fotografías del siglo XIX, muestran un amplio edificio, recorrido por una imposta epigráfica similar a la que forman estos sillares.

La Alhóndiga fue derribada en 1882 en aras de la modernidad, aprovechando su ruina parcial, en una decisión en la que ya intervino una reticente Comisión de Monumentos, que bien pudo hacerse cargo de los sillares significativos. Porque se recogieron los elementos decorativos, más tarde reutilizados para adornar otros muros -un escudo en el paredón de Santa Catalina-, o jardines de la ciudad -relieves figurados y el escudo municipal en el de San Segundo. Y quizá los epigráficos, con otros no tan vistosos, llegaron tras azarosos trasiegos al corralón de la Casa de Cultura, y de ahí al Museo.

Está documentada la decisión de construir la Alhóndiga, el 4 de enero de 1528, por iniciativa del Regidor y del Obispo, para remediar la escasez y carestía del trigo entre cosecha y cosecha. Aunque las fechas no coinciden exactamente, la hipotética adscripción de la cornisa se sostiene por los problemas del texto que, además de fragmentario, anota una doble cronología, según la “era” –Hispánica- y según la cristiana -ya generalizada en esos años-, de difícil concordancia.

Mariné, M. ª, “Inscripción gótica monumental”, Cien piezas del Museo de Ávila, Junta de Castilla y León, 2011, pág. 80