El cementerio islámico y el “Horno” de San Nicolás

Barrio de San Nicolás, Ávila
Siglos XIII-XV.
[00/29; 03/34; 03/64] Almacén Visitable de Santo Tomé

El cementerio islámico y el “Horno” de San Nicolás 	Barrio de San Nicolás, Ávila Siglos XIII-XV.[00/29; 03/34; 03/64] Almacén Visitable de Santo Tomé

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©Museo de Ávila

Uno de los cementerios de los musulmanes medievales de Ávila se encontraba extramuros, al sudoeste del recinto amurallado, entre la iglesia de San Nicolás y el río Adaja, en el vado de San Mateo.
Las excavaciones realizadas entre los años 1999 y 2003 sacaron a la luz más de 3000 sepulturas, lo que convierte a esta necrópolis islámica (maqbara) en una de las más extensas descubiertas en la Península Ibérica. Su carácter islámico se confirma por el tipo de enterramiento, con los cuerpos colocados en posición decúbito lateral derecho y la mirada del difunto hacia La Meca.
A su importancia cualitativa se debe sumar la existencia de un voluminoso conjunto de estelas funerarias, muchas descontextualizadas, pero muchas otras también halladas in situ.
Existen dos grupos de estelas: las que se disponen horizontalmente sobre los enterramientos y las que lo hacen verticalmente (cipos). Existe, al tiempo, la posibilidad de combinarlas, de modo que muchos sepulcros estaban formados por la asociación de ambos tipos, normalmente dos cipos verticales flanqueando una estela horizontal.
De granito, podían estar decoradas o no. Lo llamativo de las decoradas es que, aun siendo piezas islámicas, reciben una ornamentación inspirada en motivos del arte cristiano, como bolas, sogas y rosetas, características de lo gótico, lo que prueba la transferencia mutua de motivos y esquemas decorativos entre las dos religiones.
La mayoría de las piezas son anepígrafas, aunque las pocas conservadas con inscripción, en árabe, confirman su carácter islámico, pues utilizan fórmulas conocidas y recurren a citas coránicas.
Tras la conversión forzosa de los mudéjares en 1502, el cementerio se abandonó y sus estelas se reutilizaron como elementos constructivos por toda la ciudad. Uno de los ejemplos más significativos de este proceso lo constituye el horno de un tejar que, en el mismo lugar del cementerio, se erigió en los siglos XVI o XVII utilizando para ello únicamente estas antiguas piedras sepulcrales.

Jiménez Gadea, J., “Almacabra de San Nicolás”, Cien piezas del Museo de Ávila, Junta de Castilla y León, Ávila, 2011, pág. 62